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Hablar de la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cuenca es hablar de una de las instituciones más importantes y significativas de Castilla-La Mancha.
Constituida por treinta y dos hermandades, de ella forman parte la mayoría de los conquenses, tanto de nacimiento o de adopción, como por devoción o convicción. Sentirse conquense no se entiende sin sentirse nazareno. Para la mayoría de los conquenses no se concibe pasar los días de Semana Santa lejos de su ciudad: son días de recogimiento y oración para la catequesis que supone en los católicos rememorar la Pasión , Muerte y Resurrección del Hijo de Dios; días de encuentro de familiares y amigos; días para recordar a los que ya no están con nosotros y darles gracias por el maravilloso legado cultural que nos dejaron, y, que a la vez, nosotros tenemos el deber y la obligación de transmitir a nuestros descendientes; de convivencia en una ciudad que recibe a miles de visitantes…
En los desfiles procesionales que cada año se suceden en la celebración de la Semana Santa de Cuenca- declarada de Interés Turístico Internacional-, la Junta de Cofradías “pone en la calle” a más de veinte mil nazarenos. Veinte mil nazarenos que son herederos-portadores y transmisores de los más profundos valores religiosos, culturales y tradicionales de Cuenca. En definitiva, de la esencia, el sentido y la identidad de todo un pueblo.
Muchos son los años que esta institución se encuentra al frente de esta importante labor… Y, por tanto, muchas han sido las personas que, con el transcurrir del tiempo, han ido pasando por esta Junta de cofradías. Personas que, siempre de una forma altruista y en muchos casos hasta anónima, han dedicado su tiempo, su trabajo y esfuerzo a esta encomiable tarea. Y en todos ellos siempre figuraba como uno de los principales deseos, -como si de un sueño se tratara-, contar algún día con un museo donde poder demostrar, fuera ya de los días de Semana Santa, el esplendor, la grandiosidad y la importancia de el porqué de ser conquense y sentirse nazareno.
Pues bien, en el año 2007, en el mes de Mayo, ese sueño se hizo realidad. La Junta de Cofradías…, cuenca, tenía ya su Museo de la Semana Santa. Desde el instante de su inauguración se ponía meta al camino recorrido de tantas y tantas personas a lo largo de tantos y tantos años. Y, somos nosotros…, los que estamos ahora, los que teníamos el privilegio de poder disfrutar al fin de esta anhelada ambición. Pero a la vez, recae en nosotros la enorme responsabilidad y obligación, de no perderlo, de mantenerlo vivo y hacerlo funcionar cumpliendo todas las expectativas que en él se habían depositado.
Actualmente el Museo de la Semana Santa de Cuenca se encuentra perfectamente consolidado dentro del panorama museístico de la ciudad, viniendo a complementar y enriquecer, con su actividad, el variado y extenso patrimonio cultural de la ciudad de Cuenca. Patrimonio cultural que tiene que constituirse, sin duda alguna, en el principal referente de progreso y futuro de la ciudad de Cuenca. De la misma forma que las condiciones geográficas y morfológicas hacen que Cuenca no sea una ciudad con grandes perspectivas industriales, éstas sí la hacen merecedora para ser un perfecto referente cultural, no sólo a nivel regional, sino también nacional y mundial. Y la mayor asociación que tiene la ciudad, la Junta de Cofradías, no debe, ni puede, ni quiere quedarse al margen.
El Museo de la Semana Santa está concebido para ser un ente vivo y activo. Un ente donde la cultura fluya en todas sus dimensiones. Cuenca lo necesita y los nazarenos conquenses tenemos el compromiso de contribuir a ello.
Con la constitución de la Fundación del Museo de la Semana Santa de Cuenca en el día de hoy, 12 de Noviembre de 2008, se da un paso definitivo e importantísimo para la pervivencia por y para siempre de este Museo. Gracias a todos los patronos, institucionales y privados, que se embarcan con nosotros en este maravilloso proyecto, fruto, como ya he dicho antes, del anhelo, del esfuerzo y el trabajo de todo un pueblo a lo largo de buena parte de su historia.